Tomar la autopista y observar desde arriba como si fuera un submundo que no nos afecta, que estan lejos del resto de los porteños que sus miserias son ajenas es una gran mentira.
La Villa 31 cada vez crece más, cada vez esta mas cerca, las precarias casas superan los tres pisos, y nadie se quiere jugar la carta que se debe, tener la fuerza necesaria y desalojar y brindarle a esta gente un lugar digno, lejos de la basura que se observa a los costados de la autopista.
El peligro, la contaminación y la precariedad de las viviendas pueden colapsar en cualquier momento. Los arrepentimientos luego pueden ser tarde. Si bien es una pelota que se tiran entre la ciudad y la Nacion, la verdad es que nadie quiere jugarsela y todos temen por un costo politico y asi nadie asume nada. Más de lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario